miércoles, 17 de septiembre de 2014

Técnicas de conducta. –Empatía, Asertividad, Escucha activa–.




Somos una sociedad de difícil comportamiento en todos los ámbitos de nuestra vida; desde con nosotros mismos que actuamos como si no nos conociéramos hasta en ámbitos cercanos como puede ser nuestro hogar, la familia y amigos íntimos; ámbitos locales como otras amistades, el barrio, el lugar de trabajo o la población en donde vivimos; otros como el mismo país, los países amigos y más cercanos al nuestro y a nuestras formas de vivir; y los otros… Otros, que no son unos otros sino vecinos de cualquier lugar y que distanciamos en la conducta y en nuestra actitud por ser en apariencia o en formas de vida distintas a un modelo no escrito que entendemos como normal, y ellos a la vez se distancian de nosotros de la misma manera.

Somos una sociedad que tiene difícil la supervivencia por conflictos en la conducta.

De eso se va a hablar en este artículo con base en las tres formas más utilizadas de las técnicas de conducta:

Empatía, Asertividad, Escucha activa.


Se te invita a que participes. Di qué piensas sobre las técnicas de conducta.
Y si quieres volver después porque se habla aún más del tema, esta es tu casa y vuelves a decir lo que quieras. Lo que dices, lo que piensas.

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Comenzamos:

Empatía. ¿Qué es?

Empatía es ponerte en el lugar del prójimo, escuchándole, entendiéndole, practicando la escucha activa, sin complejos, sin distracciones religiosas y otras ideologías; sin discriminaciones ni descalificaciones; atendiéndole y evaluando si hay una manera en que le puedes ayudar, etc. 

También se puede entender la empatía como el cariño que un individuo siente hacia los de su misma especie.

Algunos ejemplos de empatía:

¡Animo, podemos hacerlo juntos!

No me importa que no llegues, me haces feliz si lo intentas.

Te quiero por ser diferente.

Empatía también es dar, sin esperar nada a cambio.

Quererte tú de manera natural, también es empatía, pues tú eres un ser, una joya única irrepetible e inigualable y sin precio en todo el universo, y si te quieres, todo el cariño que des a otro ser humano será tan puro y tan verdadero como el cariño que tú te tengas, porque antes ese cariño ha pasado por ti.

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Ejemplos donde no hay empatía:

¡Esto es así porque lo digo yo y tú te callas!

¡Si no te gusta lo que hay… Puerta!

Lo que sé y lo que tengo es solo mío y no lo comparto con nadie.

¡No me importa lo que piense la gente!

¡Que se jodan los vecinos!

¡Yo conduzco como me da la gana!

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Asertividad. ¿Qué es?

Asertividad es decir lo que piensas, pero sin ofender al prójimo.

Una persona asertiva defiende sus ideas, dice lo que piensa, pero sin ofender, no insulta ni descalifica a otra persona por pensar diferente, sino más bien, todo lo contrario, anima a que otra persona exponga otro punto de vista.

Ejemplos de persona asertiva:

«Entiendo lo que estás diciendo, y te escucho con atención, pero no estoy de acuerdo, creo que lo podemos hacer de otra manera.»

«Podría dar resultado lo que planteas, está muy bien definido, no obstante, voto por estudiar otras alternativas, y después escogemos la que nos parezca mejor a los dos.»

«Creo que es un buen plan, pero si lo hacemos todos juntos tendremos más oportunidades».

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Escucha activa. ¿Qué es?

Es escuchar con atención a la otra persona y comprendiendo la comunicación desde el punto de vista de quien habla.
Mostrándonos receptivos y a ser posible con simpatía. Mostrando (que la otra persona lo perciba) atención e interés en sus palabras.

En la escucha activa se participa con lenguaje positivo verbal y no verbal; haces gestos afirmativos de que estás escuchando, dices en algún momento «sí», «sí, sí, entiendo», pero de manera interesada y natural.

En la escucha activa se tiene en cuenta la gran diferencia que hay entre escuchar y oír: oír es percibir vibraciones de sonido, o ruido. Mientras escuchar es entender, comprender, dar sentido real y definición al lenguaje en toda su extensión.

La escucha activa es la forma de mayor gratitud e intelecto humano en la participación de la comunicación en la que no solo captamos las palabras, sino igual recibimos sentimientos, ideas, sensaciones, pensamientos, etc.; y se participa con todo un conjunto de expresiones verbales y no verbales (gestos, movimientos del cuerpo, etc.); se mira con atención a quien habla, asintiendo con la cabeza para hacerle ver que le entiendes, se expresan palabras sin cortar el diálogo, como «¡Ah, sí», «Claro, entiendo», «sí, sí», «Ah, ya veo», etc.

En la escucha activa es muy importante mantener formas de educación conductual:

–No se debe de juzgar.

–No se corta una narración que una persona necesita contar.

–No se abusa de expresiones como: «Oh, pues, sí, claro, todo eso»

–Se intenta evitar dar falsas ilusiones. Es muy fácil caer en esta trampa incluso de modo inconsciente. Unos ejemplos: «No te preocupes, eso se arreglará pronto» (¿Seguro que se arreglará, cuándo). «Oh, no te preocupes, seguro que no es nada» (Si no tienes constancia de que no es nada podrías estar dando falsas ilusiones). 

–No responder solo por convencimiento pasivo, por ejemplo, una persona te dice: «¡Hoy me encuentro mal, muy mal!», y tú le dices: «Huy, pues yo también me encuentro fatal!»

–No responder solo con el cansino «sí», o «yo, sí» a todo para hacer creer que entiendes todo lo que te están diciendo o preguntando. Eso conlleva a mentir.

Al final del diálogo en la escucha activa, se emiten palabras de refuerzo en el tema que se ha tratado o se dan cumplidos, y si no se ha entendido algo se pregunta y no se dejan puntos sin haberlos entendido.

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En la vida se pueden dar muchos casos con las tres técnicas juntas, veamos un ejemplo:

Empatía es comprender poniéndose en el lugar del prójimo, por ejemplo: El que una persona no te diga cómo sucedió algo, no quiere decir que te esté mintiendo, comprende que, a lo mejor no sabe decírtelo de otra manera. Si en ese caso, tu ira te ciega la visión, es que no hay empatía en ti. Pudiera ser que estuviera mintiendo, consciente o inconscientemente, pero si esto sucediera, primero utiliza la empatía (te pones en su lugar para entenderle), después utiliza la asertividad (dices lo que piensas sin ofender), y a continuación, deja que hable, utiliza la escucha activa.

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Juande, Sociosanitario y escritor